miércoles, 8 de julio de 2009

colegialas uniformadas

Mi boca fue ganando terreno hasta esa zona mordiendo y chupando cada centímetro de su cuerpo, cuando llegué al ombligo, hice círculos con la punta de la lengua y aproveché para quitarle las braguitas húmedas. Ana, con lo ojos cerrados, arqueaba la espalda queriendo hacer más corto el camino de mi boca hacia su coño. Cuando llegué a esa altura, besé despacio sus labios, los separé con la lengua y me fui lamiendo su ingle hasta la pierna. Ana gemía, abrió sus ojos y levantó las caderas ofreciéndome la fruta que más había deseado en mi vida.

Incliné mi cuerpo y me acomodé para el banquete. Pasaba mi lengua de abajo arriba y pellizcaba el clítoris con los labios. Sus flujos eran abundantes y no dejaba que se escaparan. Metí mi lengua en su interior y la movía, quería hacerla explotar. Ana cogió mi cabeza y la puso sobre su vientre.

- Quiero correrme contigo dentro. Quiero sentir ese trozo tuyo en mis entrañas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario