miércoles, 8 de julio de 2009

colegialas sexys

-Dígame. -Soy Diego, esta tarde paso por tu casa para instalar los juegos a tu hija. -No tenías que molestarte. -No te preocupes no me molesta, todo lo contrario. ¿A las cinco te viene bien? -Si, voy a estar toda la tarde en casa. Las cinco no llegaban nunca. Me había puesto un pantalón vaquero ajustado, una camiseta verde, de las que parecen muy usadas, y el perfume en el que confío, fresco pero que deja ambiente. Esta tarde era la mía.

Llegué a su puerta y toqué el timbre. Tras una breve espera, apareció… su marido. Un perfecto idiota con pantalón corto y camisa de básquet con el 01 a la espalda. Todo se desplomó a mí alrededor. Pensé en irme, en decirle que me había equivocado de puerta, que lo sentía mucho… En ese pensamiento estaba cuando la voz de Ana salió del interior de la casa invitándome a pasar. Llevaba una camiseta por encima de la rodilla que dejaba adivinar unas braguitas que hacían su culo más tentador si cabe.

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