miércoles, 8 de julio de 2009

colegialas sexis

Llegué a la verbena y me dirigí al sitio que normalmente ocupamos los amigos, pedí un ron con cola y a solas brindé por ella, el estribillo de una canción de Julio Iglesias que habla de brindis sonaba en mi interior más que toda la orquesta. Poco a poco fueron llegando los amigos, casi todos están emparejados menos Juajo, un solterón vocacional, y yo, con una estadística de desventuras amorosas de no ser cierta, provocaría risa. Todos notaron algo extraordinario en mí, aunque no soy una persona precisamente seria ni aburrida, esa noche estaba subido de vueltas. -¿Qué ha bebido este? - A mí me pones lo mismo.

Encarni me pidió bailar un pasodoble y luego otro, en una de las vueltas mi mirada quedó enganchada de una blusa negra. Allí estaba Ana, cruzada de brazos y pareciendo no mirar a ningún sitio. La noche siguió con la misma fuerza que había empezado creo que bailé como nunca, y lo estaba pasando como hacía tiempo que no recordaba. Roto de cansancio volví a la barra y me pedí otro ron. Apenas había dado el primer sorbo cuando noté vibrar el móvil en el bolsillo de mi pantalón, era Ana quien estaba llamándome.

No hay comentarios:

Publicar un comentario